Nuevamente el caso de Victoria, la niña con Síndrome de Down que fue rechazada por una escuela, sigue dando de qué hablar, ahora resulta que cientos de padres de familia de esa escuela se manifestaron en contra del papá de la niña por ser «agresivo y violento» por que protestó encadenándose a la escuela para exigir que su hija fuera admitida.
Nuevamente la discriminación en las escuelas dá de qué hablar, me encontré con esta nota en un periódico de Tamaulipas, una familia que exige la inclusión de su hija «Victoria» en una primaria a donde se le ha negado el acceso «por falta de espacio». En lo particular me parece muy bien que se proteste en contra de las injusticias aunque para colmo de males en este caso le fué peor al padre de la niña pues fué detenido por la policía, otra cosa injusta porque todos tenemos derecho de expresar y protestar.
Que bien que la Secretaría de Educación haya puesto manos a la obra y ayudara a conseguir la aceptación de la niña en la escuela, aunque si hubiera sido mi caso no la habría dejado ahí, desafortunadamente en muchas escuelas existen personas sin vocación trabajando como docentes, mismas que si tienen un alumno no deseado ni acepta pues de inmediato vienen las represalias, la marginación y la falta de interés por lo tanto no se si valdría la pena exponer a un hijo a ésto.
